sábado, 3 de diciembre de 2011

Jon pol



Jon Claudio pol, resolvió seguir la línea de la indeterminación. Combino con días las noches, y entregole el ano a la existencia. Hoy resacosamente evoca, desmiente, acusa y defiende- conquistando, asi, su propia humanidad. Cerebelos revoltosos hijos del fango de alemán filosofo, transnacionales chistes para la sublimación de lo culpeal otroro, devenir un marketing, devenir una necesite, boxear entre cuerdas de guitarra, respirar el aire japonés.


jon pol, decía, decidió viajar a otros planetas, decidió ser capitán y casarse en un tonel de vino patero con la amada de un drogon, la cual se desnudo deseosa y princesa.


Cansose de la selva humeda, y pateó la casa de Saavedra; recorrió baños y cocinas, y exhibió su prestidigitación tanto en el inodoro como en el mercadito discount.


Apretó volupteosos jeanes de vecina del cuarto be, rodeo con su brazo y con sus palabras lo que tanto dolor causole en un verano insípido que fue su half life teenage angst. No quiero hablar de eso, murmura, (en el) segundo disco de oasis, aborchorna. Y ahí esta, y no le importa, por que se siente manantial..


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