viernes, 23 de diciembre de 2011

Ser para mí

Finalmente, y a modo de síntesis, es necesario precisar la noción sartriana de la emoción. Podemos preguntarnos cómo surge la emoción y paralelamente con ello, en qué consiste una emoción. Podemos responder que la emoción es una transformación del mundo cuando los caminos trazados se hacen demasiado difíciles, o cuando no vislumbramos caminos y ya no podemos permanecer en ese mundo tan urgente y difícil. Todas las vías están cortadas y sin embargo hay que actuar. Tratamos, entonces, de cambiar el mundo, o sea, de vivirlo como si la relación entre las cosas y sus potencialidades no estuviera regida por procesos deterministas sino mágicamente, o bien, por la posibilidad de ser construido por nosotros o "reconstruido". No se trata de un juego; nos vemos obligados a ello y nos lanzamos hacia esa actitud con toda la fuerza de que disponemos.

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